
5 formas de cuidar a tu familia sin descuidarte tú (financieramente)
Cuidar de tu familia es una prioridad, pero muchas veces ese compromiso te deja a ti en segundo plano. Gastas para que no les falte nada, haces malabares para estirar la quincena y postergas tus propios objetivos. Pero cuidar de los demás no debería significar descuidar tus finanzas personales. Aquí te compartimos 5 formas de cuidar a tu familia sin ponerte en riesgo económico.
1. Crea un presupuesto familiar… que también te incluya a ti
Haz una lista de los gastos del hogar: renta, comida, servicios, transporte, escuela. Pero agrega tus necesidades personales: desde el café que te tomas sola, hasta el ahorro para ese diplomado que quieres tomar.
Ejemplo: si destinas 10 mil pesos al mes al gasto familiar, asegúrate de separar al menos el 5 por ciento (500 pesos) para tus propios objetivos o gustos. No es egoísmo, es sostenibilidad emocional y financiera.
Consejo: usa una herramienta como Cashflow de Zenfi para registrar ingresos y gastos por categorías y ver cuánto se va en cada miembro o necesidad.
2. Construye un fondo de emergencia que proteja a todos (incluyéndote)
Una enfermedad, una reparación inesperada o una pérdida de ingresos puede desestabilizar tu hogar. Tener un fondo de emergencia evita que tengas que recurrir a tarjetas de crédito o endeudarte.
Ejemplo: si tus gastos mensuales son de 12 mil pesos, tu meta debería ser ahorrar entre 36 mil y 72 mil pesos (de tres a seis meses de gastos).
Consejo: empieza con una meta pequeña. Lo importante es la constancia.
3. Ahorra para ti, no solo para ellos
Muchas mamás o cuidadoras ahorran para la escuela de los hijos, para sus clases o viajes, pero nunca para sus propios sueños o retiro. Piensa a largo plazo: tu futuro también importa.
Ejemplo: abre una cuenta de ahorro para el retiro o considera invertir en un fondo de bajo riesgo. Puedes empezar desde 100 pesos.
Consejo: automatiza una transferencia mensual para tu cuenta personal. Ponle nombre: “Mi retiro”, “Viaje sola”, “Mi independencia”.
4. Separa lo esencial de lo emocional al comprar
No todos los gastos familiares son verdaderamente necesarios. A veces compramos desde la culpa o para “compensar” algo. Aprende a diferenciar.
Ejemplo: comprar una mochila nueva porque se rompió la anterior es necesario. Comprar otra porque “la de su amiga está más bonita” es emocional.
Consejo: antes de comprar, pregúntate: ¿esto resuelve una necesidad o una emoción?
5. Habla de dinero en casa, sin miedo
Involucrar a tu familia en la gestión del dinero no solo te alivia la carga: también les enseña a valorar y administrar.
Ejemplo: reúnanse una vez al mes para revisar los gastos del hogar. Dales a tus hijos una “mini mesada” para que aprendan a decidir en pequeño.
Consejo: usa Zenfi para mostrar en una gráfica cómo se distribuye el dinero y decidan juntos si hay algo que se puede ajustar.
Cuidar a tu familia también es cuidar tus finanzas. Porque si tú estás bien, ellos también estarán mejor.
Haz que tu esfuerzo se convierta en tranquilidad. Para ellos. Y para ti también.