¿Cómo hacer un presupuesto?
¿Sabes en qué se va el dinero que ganas? ¿Tienes idea de cuáles son los gastos que más se comen tu cartera? Si respondiste negativamente a estas preguntas, es probable que no tengas como un hábito financiero sano el hacer un presupuesto cada mes.
En esta entrada explicaremos a grandes rasgos en qué consiste esta herramienta capital de las finanzas personales y algunos apuntes para poder llevarla a cabo.
¿Qué es un presupuesto?
Es una lista de tus gastos e ingresos mensuales, tanto fijos como variables.
Un presupuesto te permite saber:
a) Cuáles, cómo y en qué estás gastando tus ingresos.
b) Si estás gastando más dinero del que ganas.
c) El porcentaje de tus ingresos destinados al pago de deudas.
d) Cuánto dinero te sobra o te falta para determinados objetivos financieros: ahorrar, salir de viaje, pagar los servicios básicos, etcétera.
e) Hacer ajustes en tus finanzas personales: reducir gastos para que los ingresos alcancen, aumentar el dinero destinado para alguna meta de ahorro, etcétera.
¿Cuáles son las ventajas de un presupuesto?
Cumplir con un seguimiento de tus gastos e ingresos te brinda grandes beneficios:
a) Saber en qué gastas el dinero.
b) Tomar decisiones financieras inteligentes al saber a dónde se va el dinero: eliminar gastos que no necesitas hacer, aumentar tu capacidad de ahorro, etcétera.
c) Hacer ajustes a tu presupuesto.
d) Hacerte consciente de que debes conseguir el objetivo de toda persona financieramente sana: ingresar más de lo que se gasta, obteniendo un flujo de dinero positivo al final de cada mes, mismo que puedes utilizar para metas financieras importantes: ahorrar, invertir, crear tu fondo de emergencias, aportar a tu Afore, pagar deudas, etcétera.
Pasos para hacer un presupuesto
Generalmente son estos:
1. Apuntar tus ingresos
¿Cuánto ganas al mes? Anota todas tus entradas de dinero recibidas. Incluye tanto los ingresos fijos o los que recibes puntualmente cada semana, quincena o mes; así como los variables, cuyo monto puede variar o incluso detenerse a lo largo del tiempo.
El más común y conocido de los ingresos es el salario, sin embargo, también considera estos otros:
– Bonos adicionales al salario.
– Propinas.
– Intereses recibidos por tus inversiones.
– Ganancias por las ventas de un negocio propio.
– Trabajo independiente o freelance.
– Honorarios.
2. Apunta tus gastos
Ahora registra todas las erogaciones que haces en un mes.
Puedes dividirlos por gastos fijos y variables.
Los gastos fijos son aquellos cuyo monto a pagar a final de mes ya conoces, son obligatorios y difícilmente van a variar, por lo que no tienes margen para hacerles ajustes en el presupuesto. Ejemplos:
– Pago de la renta o hipoteca de una vivienda.
– Pago de otras deudas: tarjeta de crédito, préstamo personal.
– Pago de servicios básicos (luz, agua, internet).
– Impuestos
Por su parte, los gastos variables son aquellos que pueden variar de acuerdo al consumo que haga cada persona o familia. Hay dos tipos:
Gastos variables necesarios
Son pagos que debes hacer para tener una vida cotidiana sana, pero no los haces todo el tiempo y/o puedes ajustar en tu presupuesto reduciendo el dinero que destinas a ellos. Ejemplos:
– Artículos de limpieza.
– Alimentación (es muy importante comer, pero puedes reducir o subir el consumo haciendo ajustes al presupuesto)
– Ropa.
– Gastos en salud (medicamentos, consultas).
Gastos variables prescindibles
Son aquellos que puedes suprimir de tu presupuesto sin generarte gran afectación en tu vida. Ejemplos:
– Servicios de streaming.
– Libros, discos y otros productos culturales.
– Vacaciones.
– Salidas con familiares y amigos.
3. Acomoda tus gastos en categorías
Ahora toca hacer que el gasto realizado lo puedes identificar mejor en categorías. En nuestro masterclass “Domina tus Deudas” te damos un ejemplo de presupuesto. Como puedes ver, todos los gastos se identificaron en categorías fáciles de entender:
– Vivienda.
– Alimentación.
– Salud.
– Transporte.
– Vestido.
– Gatos personales.
– Servicios.
– Inversión/Ahorro.
– Entretenimiento.
4. Distribuye los ingresos en porcentajes
Ya sabes cuánto ingresas, en qué gastas y las categorías donde entran esos gastos. Ahora te toca dividir los gastos de acuerdo con los ingresos con los que cuentas.
Una estrategia de presupuesto muy popular es la 50-30-20, la cual destina 50% de los ingresos a necesidades, 30% a deseos o lujos y 20% a inversiones y ahorro.
Esto significa que la mitad de tu dinero se va a los gastos fijos y variables que difícilmente puedes eliminar: deudas, renta. Una tercera parte de los ingresos se va a gastos prescindibles o variables como las salidas al cine o las cuotas mensuales de los servicios de streaming, y el dinero restante no se toca y se deja para guardarlo a mediano o largo plazo (ahorro) o hacerlo crecer mediante instrumentos de inversión.
5. Dale seguimiento al presupuesto todos los meses
Hacer que el presupuesto sea fundamental en nuestras finanzas personales implica hacerlo y seguirlo al pie de la letra todos los meses, haciendo los ajustes necesarios para cumplir el objetivo de tener un flujo de efectivo positivo. En otras palabras, ingresar más de lo que se gasta.
¿Te ayudó esta entrada? ¿Cómo controlas en estos momentos tus ingresos y gastos? ¡Déjanos tus comentarios!